No será mañana ni pasado, pero seguro que dentro de un año tenemos por casa algún gadget con USB-C. Cómo conector nos ofrece una serie de ventajas llamadas a hacer nuestra interacción con la tecnología más sencilla y cómoda:
- Es más pequeño:
- Reversible en todos los sentidos (tanto girado sobre si mismo como de un extremo a otro del cable).
- Es más universal: se utilizará para conexión de datos de un dispositivo a otro, cómo conexión de una red Ethernet, para transmitir vídeo, como fuente de alimentación (en un portátil por ejemplo), como cable de carga de otros dispositivos (un móvil por ejemplo).
- Se podrá utilizar el mismo conector bajo diferentes protocolos: USB 3.1, Thunderbolt (intel) y personalmente creo que sustituirá a Lightning (apple).
Respecto a los protocolos, USB 3.1 permitirá una tasa de transferencia de datos de 10 Gbit/s además de soportar MHL 3.0, Display Port 1.3, Ethernet y PCI-Express.
Con tecnología Thunderbolt, bajo el mismo conector, obtendremos tasas de transferencia de hasta 40 Gbit/s, soporta PCI-Express 3.0, dos monitores 4k simultaneamente, HDMI 2.0, Display Port 1.2 a través de cables activos (recordemos que los cables Thunderbolt actuales son activos, y no pasivos como los USB. Los Thunderbolt tienen un chip en cada extremo), se podrá utilizar Thunderbolt 3 bajo cables pasivos, pero se verán mermadas sus características.
Además, aunque el estándar de potencia sean 4,5W (5V y hasta 0,9A), tanto Thunderbolt 3 como USB 3.1 podrán suministrar hasta 100W a través de USB Power Delivery. Lo qué permitirá conectar aparatos de mayor consumo a través de este puerto, incluso cargar un portátil.
Artículo original:My big little window
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