El próximo domingo se celebrará el gran premio de Fórmula 1 de Monza. Este gran premio es todo un acontecimiento dentro de los calendarios de los aficionados a este deporte. ¿Por qué?
Porque el gran premio de Monza no es sólo un gran premio. Para empezar el circuito está ubicado en medio del bosque vallado más grande del mundo (con 750 hectáreas), qué es parte del jardín de la Villa Reale, anteriormente Villa Arciducale, que Maria Teresa I de Habsburgo ordenó construir en Monza "por la salubridad del aire y la amenidad del pueblo". El conjunto arquitectónico, obra del arquitecto Giuseppe Piermarini, de estilo neoclásico, intenta emular al palacio de Versalles.
Además de estar situado en este delicioso enclave, posee el encanto de las cosas que no pasan de moda, que se quedaron ancladas en una época con un estilo inconfundible y no evolucionaron sino que permanecieron ahí, apartándose para dejar paso a los nuevos adelantos, pero imperturbables en el tiempo. Todavía conserva sus antiguos boxes, perpendiculares a la pista, con sus puertas de madera pintada, para acceder a ellos una travesía de suelo adoquinado, escoltada por antigüas farolas oxidadas. Es el sabor y la personalidad de lo clásico.
Pero, lo que hace realmente especial a este gran premio es la gente de los alrededores y su "amenidad" como indicaba Maria Teresa. Para ellos el gran premio es la fiesta local más esperada del año. Se preparan barbacoas, se sale a la calle y se sigue la tradición, que indica que hay que colarse. Saltar la valla la noche anterior y amanecer con el bramido de los motores al arrancar.
Fuentes:
theF1.com
Wikipedia
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