En la vieja Rusia vivía un artesano de madera qué un día encontró un trozo excelentemente seco, blanco y duro de madera. Con él quiso hacer una muñeca realmente hermosa. Era tan bonita que decidió no venderla y quedársela para si, la llamó Matrioska.
Todos los días, el artesano la saludaba, ¿qué tal estás, Matrioska? Hasta que ella un día respondió...
- No muy bien - le dijo - la osa tiene sus oseznos, la perra sus perritos, incluso tu me tienes a mi. Me gustaría tener un bebé.
- Pero para ello tendría que sacar madera de tí, y eso sería doloroso.
- Ya sabes que las cosas importantes en la vida siempre suponen pequeños sacrificios - contestó Matrioska.
Y así el fabricante talló a Trioska, otra preciosa muñenca dentro de Matrioska. A la mañana siguiente Trioska también le pidió un bebé, y tuvo que tallar a Oska otra maravillosa muñeca. Al día siguiente Oska le pidió también un bebé, el artesano absorto, decidió tallar otro bebé, lo llamó Ka y le pintó un enorme bigote, así al ser un hombre no podría albergar otró bebe en su barriga.
Relato original de Dimitar Inkiow, resumido y adaptado para el Dojo de Hattori.
Todos los días, el artesano la saludaba, ¿qué tal estás, Matrioska? Hasta que ella un día respondió...
- No muy bien - le dijo - la osa tiene sus oseznos, la perra sus perritos, incluso tu me tienes a mi. Me gustaría tener un bebé.
- Pero para ello tendría que sacar madera de tí, y eso sería doloroso.
- Ya sabes que las cosas importantes en la vida siempre suponen pequeños sacrificios - contestó Matrioska.
Y así el fabricante talló a Trioska, otra preciosa muñenca dentro de Matrioska. A la mañana siguiente Trioska también le pidió un bebé, y tuvo que tallar a Oska otra maravillosa muñeca. Al día siguiente Oska le pidió también un bebé, el artesano absorto, decidió tallar otro bebé, lo llamó Ka y le pintó un enorme bigote, así al ser un hombre no podría albergar otró bebe en su barriga.
Relato original de Dimitar Inkiow, resumido y adaptado para el Dojo de Hattori.
Se dice que la naturaleza debe seguir su curso... es una bonita historia... aunque ahora los tiempos han cambiado...
ResponderEliminarEs muy bonita y aunque los tiempos cambien, el sentido de las fábulas se mantiene. Esta en concreto nos enseña dos cosas:
ResponderEliminarLa primera que para conseguir algo que nos importa, tendremos que esforzarnos. La segunda que con imaginación se puede solucionar cualquier problema.